He gastado mi
tiempo
en comprender el
Mundo y su historia
y no he entendido
nada.
La bola Terráquea
es grande y pequeña
está habitada por
millones de animales y vegetales,
hay unos siete mil
millones de seres humanos
divididos en
sociedades por distintas zonas geográficas
diferentes etnias,
diversos lenguajes, dispares costumbres,
enfrentadas
creencias y varias ideologías...
un maremágnum de
variables incontroladas
tan difícil de
entender en muchos momentos
como el misterio de
la Trinidad Cristiana
o las líneas retorcidas
de las fronteras entre países
pueblos
provincias
comarcas
o tahas
y solo tenemos en
común efectivo
que nacemos y
morimos
y que somos duales
entre el bien y el mal
en una genealogía y
filogenia idéntica, en toda la humanidad...
Soñamos lo que no
somos, creemos en lo increíble por fe
y tenemos esperanza
-¿esperanza de
qué?-
distorsionamos la
realidad para adaptarla a nuestro entorno
disfrutamos de las
cosas de la vida y al mismo tiempo las destruimos
y soñamos con la
técnica, la ciencia, las artes, el pan y el vino,
y queremos un mundo
mejor para nuestros hijos -que nunca llega-
andamos con dos
pies, pero vamos de cabeza
y soñamos con las
guerras, con el poder, con la avaricia, con el amor,
con la generosidad
y empatía, pero somos egoístas, falsos y mentirosos...
Y gastamos el
tiempo
en comprender el
Mundo y su Historia
y todavía, no nos
hemos enterado de nada.
La explicación está
en la subordinada incoherencia
de ser los seres
más tontos de este Mundo
aunque algunos
digan que somos los seres inteligentes
y si así fuera,
necesitamos un antídoto, una explicación que aclare
porqué estamos
aquí, para qué estamos aquí... ¡qué es esto!
Y no me digáis que
está todo en la Bíblia o en el Corán o en Talmud
porque no me lo
puedo creer.
© Luis Vargas Alejo