Se me ahogan en el tintero
las palabras de tus ojos
y quiebran la pluma
con mirada rota.
Difícil aislar la sal
de tus lágrimas
provocadas por balsas de inquina,
rabia.
¡No pestañees, detente!
Hay una pupila
con punto de luz
rodeada de esperanza.
Begoña Martínez
Ahogados como dos naúgragos
ResponderEliminarcaídos de la barca de los sueños,
aparenta que desaparecimos en la mar
pero estamos vivos en una isla sin nombre
cuyas coordenadas yo aún no sé.