Un día por la mañana
-casi al amanecer-
encontré un imperdible olvidado,
prendido en este poema
que no se podía perder:
Al leer tu misiva en facebook
me fui sin querer hacia el Pacífico
y bajando océano adentro
llegué a Santiago.
Entré en la comuna de Las Condes
y ya no estaba allí.
Baje a Isla Negra
y me encontré un mar alborotado:
Neruda me esperaba, ella no,
y en medio de la luz y la nostalgia
soñé que podría haber escrito
los más bellos versos de mi vida,
pero no pudo ser.
Y se me oscureció la tarde,
puñales rompieron mi ánima
y junto a la arena dejé
un recado en retirada.
un recado en retirada.
© Luis Vargas Alejo