miércoles, 29 de noviembre de 2017

SOÑORANZA

Un día por la mañana
-casi al amanecer-
encontré un imperdible olvidado,
prendido en este poema
que no se podía perder:

Al leer tu misiva en facebook
me fui sin querer hacia el Pacífico
y bajando océano adentro
llegué a Santiago.
Entré en la comuna de Las Condes
y ya no estaba allí.

Baje a Isla Negra
y me encontré un mar alborotado:
Neruda me esperaba, ella no,
y en medio de la luz y la nostalgia
soñé que podría haber escrito
los más bellos versos de mi vida,
pero no pudo ser.

Y se me oscureció la tarde,
puñales rompieron mi ánima
y junto a la arena dejé 
un recado en retirada.

© Luis Vargas Alejo

viernes, 17 de noviembre de 2017

REFRACTARIO




“El que te siente perro, oye perro en tu voz.
El que te huele sórdido, alimenta fisura.”
                                                                                                                 Víctor Fowler


Prosiguen las excusas sosteniendo
las sinrazones y el desaliento: la supervivencia  
acarrea este enjambre de miseria
hasta la capital de la utopía.

Las carencias se entremezclan
en la globalización del desastre.
Se han degenerado en retorcidos abismos
donde la vigilia
exterioriza sus astros mendigantes.
Hemos abandonado la fibra prodigiosa
que nos hace firme a la devoción,
para sostener alejadas
las inserciones adversas
de punzones sutiles.

Expuestas frases desdeñan los rumbos
de las juiciosas palabras de la subsistencia.
Tantas coaliciones para el bien
no glorifican ideales ni concilios;
si no aúnan intelectos.

Existe un camino, que esmeran invisible,
en que nuestras cicatrices se reconocen
y exaltan las coincidencias.
Existe un amor,
que es uno y muchos,
para que no perdamos su misterio
y la vida merezca los sacrificios.

Ronda la ciudad un olor a tempestades.

El ideal era la isla
bañada por las azules aguas.
Las paredes guareciéndonos,
con sus sombras,
de las bestias y sus collares de azufre.

Me cuestiono qué prototipo de sistema
no dispendia la existencia
con el virus que lo mantiene…

Y aquí, donde no debe ser,
se me deshace el poema.



Pichy




miércoles, 15 de noviembre de 2017

Fábula versal y coloreada

Fábula versal y coloreada

Iba la loba por el bosque
olisqueando las hojas otoñales
que alimentan
la poesía vivencial

De entre naranja ocre y amarillo
destacose una tonalidad carmesí
feriada con ordenados lunares

La loba quedose atónita
ante el rompimiento poético
y sintiose amenazada:
cómo osas con ese desperfecto,
con esa luz inhóspita,
a quebrantar la sensibilidad...

No heme aquí un espectro catatónico
desafortunado;
no heme aquí la mancha que la vista
emborrona una belleza particular;
heme aquí una mariquita zarandeada
por el viento y sin destino,
cual pluma en unos versos sin voz,
que carga a sus espaldas,
numerados puntos,
que no hallosen final.

Begoña Martínez Bermejo

lunes, 13 de noviembre de 2017

DISTRAÍDO



Camino del trabajo se observa poco
y se despierta el deseo de un cambio,
porque las mismas calles cansan
y fastidian la existencia.
Pero una irradiación cegadora
me hace retornar cada día
desentendido de arboledas y parques,
refugio de otras edades inversas.
Porque el desempleo es desamparo
—aun cuando el salario no proteja—
y los principios me mantienen
aferrado a la honradez.

De alguna forma he sufrido la orfandad
en la indefensión inducida por calcinantes
decretos del “dominio proletario”
—prolíferos en matices para las culpas...  

Pero, cualquiera se distrae
en los mediodías de oficinas
con los entre muslos al descuido,
cuando se afloja la tirantez de las medias
de las aburridas secretarias.

Sombras de lo pasado me erizan la piel
cuando me pierdo en la recordación,
luego de liberarme de los secretariales muslos,
y recuento pasajes tenebrosos     
que se disocian sutilmente;
para convocarme, una vez  más,
contra la umbría del detenimiento.
Viejas heridas truenan,
entre las nubes de la memoria,
y aguardo por el albor de una aurora
que me disipe estas tristezas.

Pichy


sábado, 11 de noviembre de 2017

EL ASTRONAUTA

Cae sobre mi tejado el frío
y gruesas bolas de nitrógeno líquido
aplasta la foresta de mi patio.

Aparece de improviso un astronauta
con escafandra y biotraje
y me sube de la mano a la estratosfera.

Me seducen sus ojos esperpénticos
y los miro embelesado dejándome llevar.
Una puerta se abre, se ve la playa.

Gaviotas plateadas vuelan alrededor
y una ola de un mar azul, azul, salpica
sobre el hielo de mis pies descalzos.

Pregunto: ¿quién eres?...
y el astronauta se evapora de mi sueño
dejando sus huellas sobre la arena.

Cierro la ventana y sigo durmiendo:
y pienso: ¿vendrá mañana el astronauta?

© Luis Vargas Alejo

DONDE DIJE DIGO, DIJE DIEGO Y DONDE DIJE DIEGO, DIGO, DIGO.


Dicen que fue un ensayo
de una obra independiente,
una teatrillo de títeres,
un acto simbólico,
una fiesta de pijamas,
un sarao,
una comedia griega
para obtener corona de yedra,
como Aristófanes en las Asambleistas
con prólogo
parodos
debate
parábasis
y éxodo.

¡Qué no pasó nada, vaya!
que solo fue...
un sueño
una quimera
una burla
un desperdicio
una broma
que se tomó a mal el graderío
y tuvieron que quitar la obra
y despedir a los actores.
 
© Luis Vargas Alejo