67
SUEÑOS
DE AVANCE
Acosado
por las torpes sinrazones
pedí
que me explicaran
si
los sueños son realidades
o
las realidades son sueños
pues
no hay deseo que no evoque
incitando
a querer tener razón
y
luchar por conseguir aquel sueño.
Los
sueños son arpegios de canciones
que
intenta componer todo cantador
-cuando
el río suena, agua lleva-
y
no puedo imaginar que nadie crea
sin
haber soñado que creía, antes.
68
LA
RAPIDEZ
De
la noche a la mañana
puede
todo cambiar
con
la velocidad de un soplo,
sin
que seamos capaces
de
aprehender las causas
ni
los motivos que giran
como
remolinos de viento
sorprendiéndonos
en una esquina
con
el arma de la técnica
el
desahucio de las costumbres
las
ideas, los amores, las razones
que
comulgan con conciencias
que
cambian en un tris
como
el clima, la salud o la certeza.
Es
todo muy confuso
porque
se anda muy deprisa
se
desarrolla la vanidad en un instante
la
materia se vuelve frágil
y
los espíritus cambian de humores.
No
es posible adaptarse a estos tiempos
con
la misma rapidez que necesita una bala
para
alcanzar los objetivos deseados.
¿Será
que la sociedad se está destruyendo?
69
COMPLICACIONES
DIALÉCTICAS
En
el bosque encantado de las palabras
los
rayos solares son de colores
y
el ruido se hace patente
con
tantas letras
Es
un caldo viscoso de agua de tundra
donde se
forman los pensamientos
que
radican teorías
a contracorriente.
Dicen
que los sueños no sirven para nada
y
en las letras de canciones
abundan
realidades
de
ensoñaciones.
El
abecedario son signos que expresan
encriptaciones
emocionales.
Es
un juego de puzzle
que
unos entienden,
otros
no.
Cuando
me dices "te quiero"
tendrías
que decirme para qué
cómo
y cuándo.
La
semántica del idioma es aleatorio
forma
rizos, espirales, segmentos y polígonos
y
se aceptan como corrientes
aunque
sean difíciles de entender.
Yo
no me creo que dialogando
se
entienda la gente,
mejor
es un apretón de manos.
70
EL TELAR EN SOMBRAS
Me
faltan hilos para completar la madeja
y
el telar descansa, se oxida, llora, se aburre,
no
hay armonía, ideales, y el tiempo transcurre
en
aquella vivencia, que tanto nos aqueja.
Ni
la rueca, ni el huso, me sirven para nada,
en
la alberca seca, hay esparto oliendo a
podrido
y
las tareas más fáciles se me han jodido
la
poesía sin sentido ya. Está cansada.
A
la tela del telar le falta, la magia del sueño.
© Luis Vargas Alejo