Bien ajustado, ceñido
Como corset medieval
o con un burdo vozal
que te oprime sinsentido.
Así me obligo a muñido
cuando busco un aderezo
como en teatro el atrezo
que no sea quejumbroso
Para un poema asombroso
Y no un dictado aburrido
Bien ajustado, ceñido
Como corset medieval
o con un burdo vozal
que te oprime sinsentido.
Así me obligo a muñido
cuando busco un aderezo
como en teatro el atrezo
que no sea quejumbroso
Para un poema asombroso
Y no un dictado aburrido
El día amanece
con raíces de agua
arrastrándome en su fuerza
La brisa corre despavorida
laúd desafinado
en acordes ocres
Estreno unos zapatos
Ancestros en mi pisada
Del cuello cuelgan tachuelas
No hay bailes hay tumbas
las flores han desaparecido
Crece el hambre en las calles
Gordas las palabras
ingesta de oportunidad
Permuta a silencio
La luna crece, crece
alambre de espino.
Se me ahogan en el tintero
las palabras de tus ojos
y quiebran la pluma
con mirada rota.
Difícil aislar la sal
de tus lágrimas
provocadas por balsas de inquina,
rabia.
¡No pestañees, detente!
Hay una pupila
con punto de luz
rodeada de esperanza.
Begoña Martínez