Si pudiera dar
un salto
sobre la sombra
de un árbol gigante,
como lo hace el
rayo de luz que cruza sus ramas,
podría sacar del
catón
la grafía para
las palabras
del poema que
rodea mi contorno.
Pero no hay amor
que dure siempre.
Quiero abrazar
un árbol,
contagiarme de
su sabia fecunda,
producir frutos
y tocar el cielo
con las ramas,
mas es
imposible.
No hay amor
eterno, no,
pues en coplas
se deshacen
los besos que
tocan los labios
y en ese canto
nunca hay
seguridad, ni esperanza.
Romance de
espera y aguanta
que no hay unión
que perdure
pues como la
siembra del trigo
habrá un segador
que aventure.
© Luis Vargas Alejo
Se me da bien el poema, amigo.
ResponderEliminarAbrazos