Se
impone la esperanza
—una
fórmula para adormecer con sueños—
sobre
el hedor agrio de la sangre;
ya
costumbre
en
la cotidianidad que la vulgariza
robándonos
el debido asombro.
El
tiempo hace las grietas del hábito
y
alisa los pasados rompimientos
para
el rápido olvido
con
el beneplácito de la desmemoria,
en
esa especie de crematorio
que
se construye con los símbolos
que
pretenden reconciliar crepúsculos
con
las quebraduras de la época.
No
sé congeniarme con lo transitado
y
de la actualidad percibo otros aullidos
que
impiden la repartición fructífera de la aurora.
Me han rechazado día a día con disímiles espejos
para
impedirme el asimiento a lo relevante
y
una jungla de dudas arroja contra la amnesia
aquello
que, vanamente, me describe humano.
Pichy
En el 2do verso de la 3ra estrofa, la "y" es minúscula; pero, no logro corregirlo. Abrazos
ResponderEliminarAhora está bien, ya corregido. ¿Vale?
EliminarEs un poema extremadamente bien construido, culto y lleno de simbolismos para decirnos que todo ha cambiado y no me gusta porque el hábito no hace al monje y nos hemos olvidado de muchos principio y teorías del bienestar, convirtiéndonos, en muchos lugares, presos de un dictador.
ResponderEliminarMuchas gracias, Maestro. Doy saltos de alegría, al saber que te ha gustado.
ResponderEliminarDios te gusrde
Gracias por el arreglo
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