Acabo de leer
un libro
con poemas de
treinta poetas andaluces actuales
y no me refiero
a Lorca, ni a Machado,
ni a Juan Ramón
Jiménez, ni Alberti,
sino a esos que
parecen desconocidos
y, sin embargo,
son todos importantes
y llevan en sus
venas el verso claro,
moderno, llenos
de imágenes que reflejan
el canto de la
medida, el ritmo y la melodía.
De la tierra de
la luz y el colorido
vieron el verso
en el viento,
-como gaviotas
por la costa-
y le pusieron
palabras,
ungidas de sentido y fuerza
en el silencio
de los sueños,
aquellos que se
amamantan en los azules
de la materia.
E invocaron el
secreto de las cosas
más allá del Gualdalquivir
y Despeñaperros
para que no anduvieran
los versos
sin patria por la
tierra.
Y dice así Manuel
Alcántara -Málaga 1928/1997:
"Un poema es
propósito
de decorar el misterio,
un inútil intento
de saberse,
cordialmente indiscreto.
...Una manera de
silencio"
Y yo he entendido
aquí,
que ya la poesía
no es un metro,
ni una necesaria
rima apareada,
sino el verbo asido
desde el aire
con ecos de existencia,
juntándolo con palabras,
revolviéndolo,
y perfilando, así,
las rocas imprevistas,
para darle al lector
la sugerencia
de que está viviendo
la belleza
como el que ve,
desde un otero,
un barco navegando
a barlovento.
© Luis Vargas Alejo
© Luis Vargas Alejo
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