Entiendo que la oxidación de mis dedos y
las telarañas de mi cabeza
tengan algo que ver, pero hacer que brillen
las imágenes de este mundo...
El paisajismo, al alba, se desvanece
andando de un lado para otro
mientras intento mostrar la valía
escrita en un papel
-recojo negativas con gélidas manos-
La euforia en la amistad y el amor
calman mucha sed poética
menos cuando asaltan sus costumbres
de sado
y la flora es deshojada
porque sí,
como auge de libertad
y tabú del tabú.
Busco una conexión con el lector
versando cariño y respeto,
hasta que la rabia
y las divisiones, divisibles y divididas
en partes infinitas, que enfrentan al ser,
despuntan mi lápiz.
Así un día tras otro.
¿Qué escribir que no sepas?
¿Cómo puede impactarte la lectura?
me cuestiono
mientras observo a mis hijos.
Begoña Martínez
andando de un lado para otro
mientras intento mostrar la valía
escrita en un papel
-recojo negativas con gélidas manos-
La euforia en la amistad y el amor
calman mucha sed poética
menos cuando asaltan sus costumbres
de sado
y la flora es deshojada
porque sí,
como auge de libertad
y tabú del tabú.
Busco una conexión con el lector
versando cariño y respeto,
hasta que la rabia
y las divisiones, divisibles y divididas
en partes infinitas, que enfrentan al ser,
despuntan mi lápiz.
Así un día tras otro.
¿Qué escribir que no sepas?
¿Cómo puede impactarte la lectura?
me cuestiono
mientras observo a mis hijos.
Begoña Martínez
Me resulta de excelencia este buen poema, amiga. Qué bien!
ResponderEliminarBesos
Gracias, amigo. Besos
EliminarLlevo años escribiendo poemas
ResponderEliminarintentando abrir las puertas de mis soledades
queriendo saber quién soy, de donde vengo,
a dónde voy.
He recorrido kilómetos de papel
en líneas cortas, en versos,
desde todas las atalayas a las que subí
soportando vientos de amor y desamor,
de nostalgias, olvidos y presencias.
Recorrí todos los mundos posible
sin moverme de mi casa...
de la casa interior de paredes blancas
donde todavía no he escrito
ni una sola palabra que me reconcilie
con el mundo.
Nunca estuve satisfecho y, sin embargo,
siempre me sentí bien, tuve suerte
y convine conmigo mismo
que tanto mis pinturas y mis versos
son, han sido, serán indefectiblemente
el camino que me va llevando
- como una sementera -
a entender como nace la vida, como crece,
como llega insolentemente al final,
y es entonces, cuando se realizará el poema,
que nunca supimos escribir
pero sentiremos el amor verdadero.
Pues habrá que seguir escribiendo poemas, pues es amor y es lo que hace falta.
Eliminar