Soñaba que te soñé. Realidad que dura un instante.
Fantasía profunda y eterna que idealiza la vida.
Cuando la realidad pasa, cruza el Océano y se va,
se despeja el sueño y se trata de olvidar: ¡imposible!
a pesar del
mucho tiempo, te seguiré soñando.
© Luis Vargas Alejo
Vaya! Qué no está mal, hombre, que escribas al amor —que algo de Bécquer llevas en sangre—. También noto, y tampoco está mal, que has tomado gusto por los versos largos. Lo mejor es que no dejes de soñar nunca; porque el día que no tengas algún sueño, caerás en manos de esa bruja, que llaman vejez.
ResponderEliminarAbrazos
No es un poema al amor. No sé cómo no te has dado cuenta, es un poema nostálgico al Faro del Morro de la Habana al final del Malecón, desde donde yo escribí tantos versos, allá soñando.
EliminarÉse es tu poema, amigo mío, el mío dice: lo que me dice...me sigue?
EliminarMe suena mas a travalenguas que a poema, pero esta bien eso de soñar despierto.
ResponderEliminarDe travalenguas tiene poco, mas es un sentimiento nostálgico de la belleza de soñar despierto, recordar, y por mucho tiempo que pase, seguir soñando...
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