lunes, 9 de septiembre de 2019

LAS COSAS DE LOS HUMANOS


A veces
la salud es solo un privilegio perentorio
que la arrebata un cambio de clima
un complicado guiño hormonal
un virus que no tenía otra cosa que hacer
una bacteria que se mete en nuestro cuerpo de ocupa,
una próstata traviesa
un cáncer de chupa y rasga
una herencia genética
o una enfermedad "rara" -que ni Dios sabe lo que es-
o simplemente, la vejez de nuestros engranajes
que, desgastados por el tiempo, dejan
de transmitir fuerza al piñón de la rueda trasera
y nuestra bicicleta se para
y, sin saber por qué, nos fallan las fuerzas
para seguir pedaleando,
y la única justificación es que los pedales
dan vueltas en vacío.

Y entonces, la poesía, es un rosal con rosas secas,
los amigos se les ve de espaldas
y las ilusiones nos importan un bledo,
porque el cansancio, la debilidad, el sudor
y la ironía, nos impide hacer un verso armonioso
y vivir disfrutando de la poesía cotidiana...
nos esperanzamos creyendo que un doctor
nos arreglará, con su ciencia, la avería, -si puede-
y nos dirá eso de, no fume, no beba alcohol, coma
moderadamente y procure andar veinte minutos cada día...

¡ja! ¡como la parca venga a por ti, no te salva ni la paz
ni la caridad!

Y al final un epitafio:
"perdonen mi escepticismo
pero nunca creí en los Seguros de Vida"

© Luis Vargas Alejo (que fue, en sus buenos tiempos, Luvar)

 



3 comentarios:

  1. Sigo mañana, sé que no nos valen comentarios a la ligera. Intento subir mi churrito y sigo faena: que estoy complicado. hasta mañana!

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  2. Se me da un poema existencial muy bien logrado, amigo Luvar —sí, sigues siendo Luvar y tu musa no te abandona—. Bien dices, y lo dices muy bien.
    Abrazos

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    1. Las cosas de los humanos son las que padecemos -unos antes otros después- para ir anulándonos y llegar, por fin, encima del catafalco y, en nosotros, no ha mucho tardar. ¡cuídate todo lo que puedas y busca la paz interior¡ un abrazo

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