sábado, 14 de marzo de 2020

PANDEMIA



Una pandemia desconocida está produciendo ira,
agresividad y odio en el ser humano
y que ha irrumpido en la globalización
de los Estados, de los Países, de los Pueblos
y las familias, como una revolución
que se muestra por las calles con virulencia.

Tal vez provenga de algún Fauno enfermo
que propaga sus bacterias terroríficas
por el fuego mortífero que sale de su boca.
O tal vez sea una condición humana
que despertó a gran escala,
la avaricia, la lujuria, la gula, la pereza,
la ira, la envidia y la soberbia...
en una noche de mal dormir
o quizá sea una mala interpretación
del ansia de poder,
del dominio de la tecnología mal aplicada,
o del destape de la corrupción y libertinaje
de los poderosos.

De cualquier manera, los signos externos
se manifiestan como un apocalipsis, como una peste
que los científicos y hombres de bien,
no han descubierto todavía su antídoto:
países que guerrean unos contra otros
por diferencias religiosas, pueblos que se revelan
contra las diferencias sociales, ex-maridos



que matan a sus hijos para vengarse de sus ex-mujeres,
mujeres y hombres que se matan,
divorcios y rencillas,
pedófilos que raptan niños y niñas con obsesión
de placeres extraños, leyes que dominan y leyes
que perturban, hecatombes ecológicas, tsunamis
y cientos y cientos de desgracias sin parangón
con épocas anteriores.

El Mundo está  loco, el ser humano está  loco
¡esto es una locura global!

Necesitamos más empatía, más poesía, más calma,
más armonía y mejor reparto de la riqueza del mundo.

Reflexionar sobre lo que está sucediendo...

¡Que Dios nos coja confesados
 o alguna selección natural limpie el panorama
socio-económico, con algún virus que ponga
al ser humano en su sitio.

© Luis Vargas Alejo
 



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