jueves, 6 de octubre de 2016

DON TEPALCATE (FRACASO)


DON TEPALCATE (Mi fracaso)

Con vieja espada y un oxidado escudo
sin hidalguía, simulose ilustre;
cuan encontró una moneda de plata,
y un borrico quejumbroso y con sed:

"Siempre fui defensor de la verdad
sólo humilde vestí mis andaduras
ahora ya, comprar puedo un soneto
para firma del auténtico rey"

Como conciencia de Don Tepalcate,
el jumento, ante el fin de su savia,
rebuznó, una escolástica estrofa:

"Siempre faltó dolor en las herida,
para rellenar de tuétano el hueso;
cuan esté difunto, cabalgar puedes”

Begoña M. Bermejo

5 comentarios:

  1. Bien me resulta esta especie de "experimento", amiga mía. Parece que nos contagiamos —por eso de estar siempre juntos— lo virus; cuando se enferma uno, allá vamos los otros. Me gusta.

    Besos

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    1. Gracias, amigo. Nos contagiamos de to y na güeno.
      El Experimento, era un soneto, pero que antes de empezar ya murió. Desisto.
      Me voy a mi verso blanquito, que lo veo todo con más claridad.
      Besos

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  2. Bueno, amiga. Sabes que los conceptos cambian. Muchos han cultivado el soneto en versos blancos —donde el ritmo es marcado por la métrica—. Habrá siempre quien diga que "eso" no es un soneto...pero, por ej, así los publicó Benedetti...y, ahora no recuerdo quién más.
    Es más, si mal no recuerdo, una de las estrofas por la que comenzaron con los versos blancos fue el soneto.

    Beso

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  3. Soneto o no, suena bien, sobre todo porque alude, hace eco de una realidad existencial sin nombrarla y crea una experiencia nueva distinta a la realidad. Una abstracción que me gusta.

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  4. Jo, echo de menos hablar de poesía!.
    Gracias por tus palabras.


    Me inicié tarde en mis andaduras
    pero lo hice sin gateo.
    arrimándome poco a la pared
    y mucho a las orillas;
    y el mar subccionó mis sentires
    y me arrastró a lo mas hondo.

    Jamás quise considerarme poeta,
    para que mi arrogancia no fuese notoria
    y empecé a escribir en el margen
    de quienes me trasmitían amor.

    Y aquí estoy, a cara descubierta,
    suplicando poesía, en un mundo
    clasificado por estrofas.

    Y con estrambote, para que haga eco.

    Begoña






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