Trabaja la muerte a destajo
y no para ni descansa,
anda por los caminos
sembrando discordias
y hazañas bélicas,
otras veces, usa virus,
enfermedades e infartos
cuando menos te imaginas.
Y llegado un momento cualquiera
se entretiene en contar abuelos
los mete en un saco y se los lleva.
Y si corres ella te alcanza.
Al final hay más muertos que vivos:
¡no me digan que no es mala leche
descansar en paz, pero muerto!
© Luis Vargas Alejo
No me "cuadra" el "cuando menos te lo imaginas"; quizás, porque ya lo usas en " y cuando...y luego en "y cuando nadie...
ResponderEliminarPor lo demás me resulta un poema logrado, amigo.
Abrazos
Correcto, gracias. Creo que ya lo arreglé
ResponderEliminarSí, en eso de arreglar eres un maestro...bueno, también en lograrlos, es la verdad.
ResponderEliminarBuen finde!
Ah...eso de contar abuelos...solavaya!