Balanceándose
en la viejas mecedoras,
habitan
los fantasmas en el desván
entre
una atmósfera de polvo y telarañas,
como
guardianes de los secretos de los baúles
donde
se guardan las úlceras del tiempo
y
los recuerdos olvidados.
© Luis Vargas Alejo
Bien se me da el poema, amigo mío. De mucho gusto, por sus imágnes. Pienso que es un buen poema.
ResponderEliminarBuen finde!
Gracias Pichilingo
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