“El que te siente perro, oye perro en
tu voz.
El que te huele sórdido, alimenta
fisura.”
Víctor Fowler
El ideal era la isla
Prosiguen las excusas
sosteniendo
las sinrazones y el desaliento:
la supervivencia
acarrea este enjambre de miseria
hasta la capital de la utopía.
Las carencias se entremezclan
en la globalización del
desastre.
Se han degenerado en retorcidos
abismos
donde la vigilia
exterioriza sus astros
mendigantes.
Hemos abandonado la fibra
prodigiosa
que nos hace firme a la
devoción,
para sostener alejadas
las inserciones adversas
de punzones sutiles.
Expuestas frases desdeñan los
rumbos
de las juiciosas palabras de la
subsistencia.
Tantas coaliciones para el bien
no glorifican ideales ni
concilios;
si no aúnan intelectos.
Existe un camino, que esmeran
invisible,
en que nuestras cicatrices se
reconocen
y exaltan las coincidencias.
Existe un amor,
que es uno y muchos,
para que no perdamos su misterio
y la vida merezca los
sacrificios.
Ronda la ciudad un olor a
tempestades.
El ideal era la isla
bañada por las azules aguas.
Las paredes guareciéndonos,
con sus sombras,
de las bestias y sus collares de
azufre.
Me cuestiono qué prototipo de
sistema
no dispendia la existencia
con el virus que lo mantiene…
Y aquí, donde no debe ser,
se me deshace el poema.
Y aquí, donde no debe ser,
se me deshace el poema.
Pichy
SOS! No logro que se vean los dos últimos versos. Fvr puedeme alguien ayudfar?
ResponderEliminarya está. Solo es borrar lo que no sale y escribirlo sin copia y pega
EliminarEs un gran poema donde, a mi parecer, se habla de la lucha por la vida, que nunca complace.
EliminarMuchas gracias, amigo. He faltado unos días; pero, ya me incorporo.
ResponderEliminarAbrazos + buen finde