Tú (cuyo ilustre, entre una y otra almena
De la Imperial Ciudad, patrio edificio
Al Tajo mira en su húmido ejercicio
Pintar los campos y dorar la arena),
Descuelga de aquel lauro enhorabuena
Aquellas dos (ya mudas en su oficio),
Reliquias dulces del gentil Salicio,
Heroica lira, pastoral avena.
Llégalas, oh clarísimo mancebo,
Al docto pecho, a la süave boca,
Poniendo ley al mar, freno a los vientos;
Sucede en todo al castellano Febo
(Que ahora es gloria mucha y tierra poca),
En patria, en profesión, en instrumentos.
© Luis de Góngora y Argote
De la Imperial Ciudad, patrio edificio
Al Tajo mira en su húmido ejercicio
Pintar los campos y dorar la arena),
Descuelga de aquel lauro enhorabuena
Aquellas dos (ya mudas en su oficio),
Reliquias dulces del gentil Salicio,
Heroica lira, pastoral avena.
Llégalas, oh clarísimo mancebo,
Al docto pecho, a la süave boca,
Poniendo ley al mar, freno a los vientos;
Sucede en todo al castellano Febo
(Que ahora es gloria mucha y tierra poca),
En patria, en profesión, en instrumentos.
© Luis de Góngora y Argote
Me vale el gongorino, maestro. No está mal. Lo que me permito, con el mayor respeto —pues no es dado, ni tan siquiera sugerir, ordenar a quien debo, en buena ley, obediencia—, sugerirle con el fin terapéutico de contener su compulsiva actividad poética, revisar trabajos pendientes y contestar los comentarios a sus trabajos presentados: lo que hablaría muy bien de su grandeza de espíritus y humildad.
ResponderEliminarDios guie a su Merced.
que yo sepa, no me queda nada por contestar
EliminarSi tú lo doces...
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