viernes, 1 de julio de 2016

HOY



Hoy me levanté al amanecer
sin poder dormir entre las sábanas,
y me vine aquí,
a este cuadro de insomnios y verdades,
a este rincón de opacos sentimientos
donde se conversa a solas como un loco,
en la soledad de las noches crueles.
Y oí el canto de un pájaro que aún dormía...
y el verde de los pinos que aún eran grises...
y la luna nueva que soñaba
junto a la Osa Mayor tirando de su carro.

Venus me guiñaba sus ojos......
y luché  por luchar, contra los signos,
embelesándome
bajo la cúpula atroz de lapislázuli
dialogando con los fantasmas de siempre.

Sentí pudor de gritar ausencias
porque no hay más luz que la luz,
ni más océano que el inmenso,
a cuyo viento navegan los poemas
zozobrando en conjeturas y en fiestas,
prendiendo lazos en los sauces,
oyéndose en el rumor de las abejas
y oliéndose en la madera verde.

Resistir a lo enajenado,
igual que lo hace el bosque a un desierto,
afianzado, lleno de raíces y ramas,
que sirven para vestir una desnudez
tejiendo  túnicas sin materia:

Sintetizo,
exprimo sabias,
avanzo,
rezumo agua,
y, aún así,
adolezco de muchas carencias.

Oh¡,
la mañana clarea y temo retornar a mi razón...
hace mucho calor de bruma, bruma.

En la distancia en que nos vemos, no hay colores,
sólo sombras
brisas,
ecos,
sentimientos.....
 ser de uno mismo
  -aunque no se sea -
estando desnudo a la intemperie
hasta que nos empape la lluvia.
 
© Luis Vargas Alejo 





5 comentarios:

  1. Se me da bien logrado el poema y tiene ese poquito de surrealismo; que tanto me gusta.

    Abrazos

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  2. Leo un derroche de sentimientos; anhelos, soledades, tristeza y amor. Se siente el desahogo...

    Creo que es uno de esos poemas que denotan alta calidad poética, tanto por contenido como por continente.

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  3. Este poema pertenece a mi primer libro editado a través de internet ·Sueños de Otoño" cuando las ideitoriales internautas empezaban a prodigarse y lo editó Ourense Dixital en 2003

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  4. Respuestas
    1. De las hojas amarillas
      y el silbo del viento moviendo ramas
      aprendió el mar a cantar
      sus melodías acuatícas
      con olas inmensas.

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