martes, 6 de septiembre de 2016

Cómo decirtelo

Va muriendo la tarde
en ese lento ocaso
en el que crepita
la impaciencia

y soy incapaz de hallar un resultado
exacto y definido
de la médula y el alma:
la cerviz se contractura
-mi entrega-
 
...esa parra verde y amarga
en su fruto mas carnoso...
oh, anhelo ese diciembre
en el que la sabia estalla
por primera vez

Sigue en tus manos
esa flor
que tanto deshojas.

Acércate.
Huele.

Begoña M. Bermejo

3 comentarios:

  1. Bien logrado me resulta este poema, amiga. Qué bueno!

    Beso

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  2. Si no llega a escribir Pichy, este poema no me había llegado al correo.

    Es un poema que hace anhelar libertad. Me parece bien trazado, pero te voy a decir cómo decirlo:

    Cuando se esconden las hespérides
    bajo las piedras y el fango
    las letras se amontonan y se atascan
    entre sonetos, endechas, romances
    canciones, villancicos, letrillas
    romancillos, zéjeles, silvas...
    ¡qué se yo!
    en poemas tan en desuso
    que no encuentro la rosa que aludes
    y no me canso de preguntarle a las musas
    ¿dónde está la poesía, dónde el poema?

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