Grandes
cavernas de relaciones humanas
guardan,
como suburbios de oro,
figuras
de orfebre, plata, cobre y latón.
Juguetes
rotos
en
agujeros de piedra pómez
o luces
con brillo de vida,
apagadas
en el olvido.
Fantasías
que rompen estancias,
sacrificios,
amores y desamores
que
hay en nuestra biografía
y se
convierten en primacía del ser
con
los recuerdos.
El
tren de vapor en que viajamos años atrás
dejó
una estela de humo borrascoso
donde
se dibujó nuestra vida vivida.
Un
tren moderno
pasa
por las mismas vías
pero
ya no es lo mismo.
© Luis Vargas Alejo
no se como podría comentar tus poemas, sin repetir, diría algo como la elegante nostalgia de un tiempo querido ,recuerdos,se reviven en tu sensibilidad .
ResponderEliminarOh, gracias por tu comentario, Paco. Efectivamente, los recuerdos tienen mucha influencia en mi, pero el poema es una generalidad sobre lo que tenemos todos guardados con los años como un tesoro, porque lo que fuimos, somos.
EliminarSe me da bien, amigo. Me ha gustado mucho la estrofa final; porque, refleja muy bien la existencia.
ResponderEliminarAbrazos
Sí, la existencia es un sueño que envuelve a la humanidad.
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