miércoles, 16 de marzo de 2016

Tristeza es...




Tristeza es...



Niebla sombra de la vida.

Decepción descarnada.

Sedimento impotente,

desesperanza vacua.



Lágrima infecunda

que hiere, ahoga.

 Expande

 esa feroz rendición,

ante la desfachatez de lo posible 

pervertido en imposible...



Resignación cuando se extingue

la ilusión de nuevos  horizontes.

Onanismo  infértil  de toda  moral

si  el Mal  prevalece sobre  el Bien. 

Sesga,  perfora,  aterroriza,  consume,

"alzheimeiriza", demente, al sentido común.



Tristeza es

morir más aprisa sin suicidarnos,

observando cómo nos dejamos matar.




Nieves Merino Guerra
16 marzo 2016

6 comentarios:

  1. ¡Qué barbaridad, qué trágica! ... pero me suena muy mal
    descarnada/agotada/despiadada/desalmada/cegando, sesgando, manipulando, alzheimeirando... Tendrás que arreglarlo

    ResponderEliminar
  2. Jajaja...
    Sí, me estaba inmolando, o casi.
    A ver como simplifico esto.
    Gracias, Luis.
    Besos.

    ResponderEliminar
  3. ¿ahora que tal?
    Trágica es poco... En aquél momento, me sentía peor.
    ¿Puedes creer que sin juicio ni nada, un juez dejó "sobreseído y cerrado" . aun admitiendo que parece un acto criminal-penal, al susodicho que me destrozó y robó mi casa, porque, según dice, no hay suficientes pruebas?...
    ¡¡ Y las hay todas !!...
    Dos dias para impugnar en le juzgado. O sea, hasta hoy... y sin poder, porque ni tiempo de buscar o tener abogado. Además de pagarlo.
    Es de locos. Aún no me lo creo. Parece que vivo en Ghana, o peor.
    Politicastros corruptos y ladrones sus abogados y compañía, y con mucho poder- amistades... Tan descarado que parece una broma de mal gusto,pero no lo es.
    No me resigno, pero no sé cómo ni qué hacer.
    Aunque me han "aconsejado" que lo acepte y no haga nada. Que no voy a conseguir nada... Ni a recuperar nada.
    Y que me las arregle como pueda para reconstruir mi casa. Sin contar los daños brutales a mi hijo y a mi.
    Otros me insisten para que venda...
    Es lo que pretendian desde hace tiempo.Entre otros, el político y su ladrón secretario. (La mitad de su valor y de esa mitad, otra mitad en B)
    Ahora no vendo, aunque me pudra para arreglarla. Y si lo hago algún día, será por otros motivos.
    Creo que todavía no lo encajo. Pero no sé a quien recurrir, si es que llego a tiempo antes del luens, o por otro medio.
    Ni idea. Quienes podrían ayudarme, me aconsejan que lo deje estar.
    Y para colmo, el perito del seguro, dice que "lo está estudiando porque no lo ve claro"...
    Alucino. Y así seguimos.
    Es más que una pesadilla.
    La sensación de impotencia y desamparo es indescriptible.
    No sé cómo ni por dónde empezar.
    Sí que fue un momento trágico. Fue como recibir un barril de aceite hirviendo.
    Es darse de cabeza contra una pared de acero.
    No deseo esto ni a quien nos lo hizo, palabra.
    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Tienes que eliminar un poco de "adas", amiga mía. El poema me resulta fácil de encaminar.

    Besos

    ResponderEliminar