No logra sostenerse de pie
no puede con el peso del tiempo.
Todo le tira hacia abajo
todo se rehace en pendiente,
oblicuidad del vértice sobre las
rocas
frente a la mar
que talla con el ímpetu de la
insistencia.
Padece el vértigo del pesimismo
absoluto
calculando la altura del Sol,
que invariablemente la persigue,
penetrándole con un rojo infinito
hasta consumirle el aliento.
Dice que es culpa del clima y el
salitre,
que nos va pudriendo temprano
—creciéndonos la edad—,
la curvatura que le reduce la talla
—como si regresáramos al
nacimiento—.
Lo inasible se hace perentorio
y no hay armaduras
para tantos desastres emotivos.
Pichy
No dices?
ResponderEliminar¡digo, que si digo!
EliminarTe rectifico alguna cosilla: pero es una gran descripción del tiempo, la vetusted de la carne y los pliegues oscuros del pensamiento humano. Es un gran poema.
ResponderEliminarNo logra sostenerse de pie(,)
no puede con el peso del tiempo.
Todo le tira hacia abajo(,)
todo se rehace en pendiente,
oblicuidad del vértice sobre las rocas
que talla el mar
con el ímpetu de la insistencia.
Padece el vértigo del pesimismo absoluto(,)
calculando la altura del Sol,
que invariablemente la persigue,
penetrándole con un rojo infinito
hasta consumirle el aliento.
Muchas gracias, Maestro. Abrazos
EliminarCreo que es un poema maravilloso, amigo. Y vuelvo a tu decir.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias, amiga. Beso
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