Acabo
de darme cuenta
que cuando el Discóbolo de Mirón
arroja el disco,
es para que se supiera
que ya no hace falta.
Que todo cuanto acumules
en tu juventud
son como símiles de ansia
como si la vida fuera
un armario
para guardar recuerdos.
Tiró su discóbolo
pero le quedó la fuerza,
el convencimiento, la salud,
la libertad, la igualdad y la
fraternidad,
pues no se necesita más
para persistir en la vida,
salvo querer y que te quieran
y sea el viento quien traiga
los besos, los enseres,
los ratos perdidos.
Tiempo sin ambages.
Hoy me siento relajado,
tranquilo, conforme,
como el que espera una gran ilusión
un abrazo de un árbol
o un silencio
para disfrutar la vida.
© Luis Vargas Alejo
Es un filosófico poema, que mucho me gusta, amigo; pero, me deja unas dudas gramaticales —de lo que sabes conozco bien poco—. "arroja el disco" / "es para que se supiera
ResponderEliminarque ya no me hace falta.". Luego "Tiró su discóbolo / pero le quedó la fuerza". No me cuadran...trata de llevarme "suave", que poco sé de estas linduras.
Abrazos
Solo hay un error: donde decía "que ya no me hace falta" es "que ya no hace falta".
EliminarLo demás es bien sencillo. Es un símil en el que la estatua que realizó mirón con un atleta lanzando un disco o discóbolo, lanza el disco es porque no hace falta sostenerlo en la mano para tener fuerza, convencimiento, salud, libertad y todas esas cosas, mientras que cuando lo sostienes en la mano y no lo tiras estás preso de ti y del disco y no puedes con esa postura, trabajo y entrenamiento a querer y que te quieran. Eres solo una estatua como el discóbolo de Mirón. Buenos días amigo
Ya, me queda bien clarito. Más me gusta el poema. Abrazos.
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