Cuántas
tardes de domingo
hemos
subido la cuesta del pedregal solitario
hasta
alcanzar la noche y dormir.
Luna
llena, luna llena,
¡ven!
déjame
besarte en tu punto claro,
dime
que me quieres
porque
no tengo otro querer.
© Luis Vargas Alejo
Y es verdad que esto no avisa, ni nuevo, ni comentarios
ResponderEliminarQué de amantes tiene la luna...
ResponderEliminar(Con comentario sí llega)
Besos
Noto que ya estás lunático. Me sobra el solitario...y, para mi gusto, terminaría en cuesta; pero, me resulta bien en su conjunto.
ResponderEliminarAbrazo
Pué a mí me llega toito toito...uh, no se estarán invertiendo los papeles...que aquí, el del problema con la conexión, soy yo!
ResponderEliminarEfectivamente, el del problema eres tú, que te llega bien. Lo normal es que no llegue bien para que no haya problema...
EliminarVamos a ver, vamos aver ¿podría estar el pedregal lleno de gente? sí. Pues en este caso estaba solitario. Es decir, le añado un adjetivo para calificar la situación del pedregal en donde no había nadie. ¿Las cuestas pueden ser bien asfaltadas y fáciles de subir o bajar? sí. Pues mira esta no, era un pedregal.Asi que...
ResponderEliminarSí, de sí
ResponderEliminarMe gustó y mucho, Luis.
ResponderEliminarSe mastican la soledad y la tristeza, amigo.
Muy emotivo .
Pichy ¿Te achicaste?... Jajaja
A mi también me llegan cuando comentan, aunque una de dos, o he perdido algunos, o no me llegan todos. Porque estos no los había leído en mi mail
Ni poema ni comentarios.
Creo que tengo mucho atrasado aquí.