...Discuten de la filosofía
griega
y de la decadencia romana;
entre buches de barato
aguardiente
y pobres cigarrillos,
alargando la ausencia de la
casa
que ha de recogerles en vilo
—filosóficamente borrachos—.
Barras obreras patrimoniales
a la abundancia locuaz
de filósofos esquineros
que brincan vociferando,
no vea en sus palabras la luz,
la erudición de sus
sentencias.
Beben y discursan de la vida
azarosa
entre los vagos de oficio
—que les hacen el coro—
Y son, a su conformidad,
felices.
Entusiasta público
que analiza
el advenimiento social
que, sin su saber, les cuenta.
Pichy
Se dice que los niños y los borrachos son los únicos que dicen la verdad.
ResponderEliminarMe gusta el poema, me ha trasladado a un bar, de los muchos que hay en España, para ver como padres de familia y los que no lo son, hablan de como arreglar el mundo y las penas con alcohol. Y de vez en cuando dicen alguna soez, al ver pasar una mujer bonita.
Besos
Muchas gracias, amiga, por el ameno comentario. Sí, las barras son los mismo en todas partes. Ah, bien lo sabes, el alcohol da valor a los tímidos —y, más, a los que no lo son—, por eso abundan los "conquistadores" en esos lares...seguro que has recibido tus piropos al respecto. Ja!
ResponderEliminarBeso
Esquina de la taberna
ResponderEliminarque alumbra un barrio entero
con sus luces de bohemia
y sus mesas de madera;
el vino de barrica
los juegos de dominó
los jugadores de mus
la cerveza de grifo
y el humo de los cigarros...
¡ay, tabernera, ay tabernera!
Se puede decir que estás muy musical ultimamente.
ResponderEliminarSe agradece el rumbeado comentario.
AbraSo
¡azúcar!
ResponderEliminarEh...además de símpatico, salsero. Qué bien estamos.
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