Junto
a la luna frente a mi ventana
la
soledad duerme en la noche.
Hablo
con ella
como
si pudiera escucharme.
Ahora
entiendo mucho más a mi madre
cuando
me decía:
qué
tristeza la noche a solas,
algunas
veces con luna, otras no,
viendo
en el techo de la habitación
los
luceros que rondan las sombras,
como
si la casa se me fuera a caer encima.
De
joven se tienen sueños y se baila
de
viejo no se puede dormir y se llora
hablando
con la soledad
de
los bucles que hay en el alma.
© Luis Vargas Alejo
Me resultaun poema muy bien logrado, amigo.
ResponderEliminarExistencial.
Abrazos
Gracias Pichy
EliminarEste no lo había visto, aquí.
ResponderEliminarTiene mucha poesía, sentimiento humano. Pensares, pesares y cardiopatias...
Beso
Bueno, gracias por mirar aquí
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