Todavía
rezuma el bosque
aromas
de olmos y tilos
cuando
ya el amor de verano
se
marcha por la ladera del río
y
las sombras se alargan
entre
los besos del día y la noche.
Ay,
quién pudiera volver
a
las horas de ensueño de aquellas tardes,
entre
alamedas de chopos,
bañándonos
en la poza de agua dulce,
después
de haber hecho el primerizo amor,
bajo
el ramaje de aquel bosque que nunca se olvida
y
unió nuestras vidas para siempre.
© Luis Vargas Alejo
Qué bonitos momentos!!!
ResponderEliminarAquí me siento, como en una metafora de mi primer contacto con la poesía. Hasta las rimas, son acordes al momento.
Besos
El Tilo es un árbol de río y su rima es inevitable. Y el bosque y la noche son ninónimos metafóricos de soledad y silencio, que tampoco pueden separarse. Y todo ello, produce en el espíritu, alegrías de amor infinito.
ResponderEliminarBuen poema de añoranzas, maestro.
ResponderEliminarAbrazos
Oui, c'est la vie
ResponderEliminarSanga werí ñankue gandó erikunde
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