Cuando
el placer de los sueños habita los amores,
volamos,
sin
darnos cuenta que, sin alas, es imposible volar,
pero
negando la gravedad en el conjuro del dogma
volamos,
hasta
que nos damos cuenta que no tenemos alas.
La
realidad vista desde una nube transparente
es
como el diseño vertical,
en
un papel de dos dimensiones, donde se traza
un
plano cartesiano
y entre
abscisa y ordenada intentamos que la línea
que
parte de la intersección origen
llegue
a lo más alto de la existencia, en una ecuación
de
gozo, compostura, evaluación y logro
cuando
al bajar de la nube,
poner
los pies en la tierra
y comprobar
el espacio y tiempo,
nos
damos cuenta
que
estamos solos en mitad de un papel celofán
que
envuelve los años como sarmientos secos,
recordando
aquella lija que nos royó la piel.
Y así
nos conformamos con la ilusión de una gesta
que
nunca realizamos
junto
a la compañera que vive con nosotros
tocando
la gaita o un trombón desafinado
y que,
en realidad, es nuestra mejor música.
Mañana
cumplo 71 años.
© Luis Vargas Alejo
Menos mal que me has dicho lo de las alas, tenía programado un vuelo esta semana.
ResponderEliminarAhora tendré que seguir soñando con la libertad.
Magnífico poema existencial.
Sueña y disfruta de tus hijas, nieto y Juana. Besos
Mi nieto no vendrá esta malito con vómitos. ¡qué lástima!
Eliminardicen que los aviones vuelan a propulsión a churro...asi que...
Se me da muy bien logrado este existencial poema...si quitas ese a/o que me rompe ritmo y encanto, amigo mío. Trata de leerlo pronunciando el a/o, para que lo compruebes. pienso, que hay construcciones gramaticales de género que no se advieen bien con la poesía...ni con el discurso narrativo, como: las niñas y los niños, los españoles y las españolas...forma que han puesto de moda algunos...
ResponderEliminarAbrazos
Tienes toda la razón. Corregido y quitado
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