viernes, 27 de mayo de 2016

DOMINADORA



Emergida de un sinfín
de eventualidades inauditas
se avispa
con el espíritu saturado de aprensiones.

Es Ella. La fantaseada hembra,
la que se posesiona y concluye
en sí, para sí misma, la progenie
sin el compromiso de las nupcias,
que requieren permanencia.

Sus piernas, como puntales dominantes,
se abren ordinarias
a la agrura de la savia que aprisionan.

Los jóvenes que la idealizan,
distantes de sus caprichos,
avalan la astralidad
de sus perversiones recurrentes.

Pichy

2 comentarios:

  1. Es verdad que la mujer domina siempre -siempre que puede- y el hombre es amaestrado por la mujer que lo pare.

    Me parece un buen poema

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