Sin
embargo
la
piedra ilustra los claustros
rezumando
estupor de frío,
a
pesar de la cálida luz
que
traspasa el arco ojival.
Nada
más extraño
que
el silencio sonoro
de
las bocas de las gárgolas,
musitando
mitos y símbolos
de
bestiarios amenazantes.
Al
final
un
entramado de nervios
sostienen
altas galerías de insomnios,
que
identifican la libertad del espíritu,
y el paraíso en la tierra.
Y
toda esa armonía
permaneciendo
en el espacio y el tiempo
simbolismo
de lo que ha de venir;
oh,
Jerusalén, Jerusalén,
divide
y une a la humanidad entera.
¡Mirad,
mirad cómo está el mundo,
lleno
de oprobios, locuras humanas,
guerras,
enfermedades, desigualdades,
asesinatos
sin piedad y sin sentido,
abusos
de poder, piélagos de odios!
¡Mirad,
mirad cómo está la humanidad!
© Luis Vargas Alejo
Yo no lo entiendo, es algo que supera mi lógica. Pero, ten Fe. Ahora, por un euro más, tienes dos pares de gafas.
ResponderEliminarClaro, claro, esto está escrito para personas inteligentes, pero no te preocupes, acabarás entendiéndolo cuando te compres las gafas. Jiijajajajja
EliminarEl poema si lo entiendo, lo que no entiendo es la ceguera humana.
Eliminaraaaaah¡¡¡¡
EliminarSe me da un muy bien logrado poema, amigo. Arreglaría dos cosas: 1ro eliminaría el segundo "identifican", por no ser necesario, y, restar más que sumar al poema 2do colocaría una comita, que aunque no signifique pausa alguna, me da idea ce conxión con lo anteriormente expresado.Te felicito, maestro!
ResponderEliminarAbrazos
Que bestia soy, ¿ùes no que he repetido "identifican sin necesidad". Ya lo arreglo y te doy las gracias por tu felicitación aunque no se ami santo. Mira a ver ahora.
EliminarPos, claro que mejora. Es un buen poema que atrapa bien su mensaje; por lo que pudes variar cuanto quieras...que él seguirá diciendo, y, diciendo bien.
ResponderEliminarAbarzos