Los
minutos son como horas
y
las horas como días,
pero
a pesar del estruendo, el clamor,
la
algarabía, el tiempo huye veloz
como
un corzo malherido.
El
silencio como corona de espinas
amedranta
la voz del poeta,
produce
soledad de tiempo muerto,
donde
se oye un rezo sin palabras
en
el rincón obsoleto de la casa.
¡Llévame
contigo!
Al
fondo del pasillo,
hay
una puerta de emergencia
de
color verde:
se
oye el ulular del viento
respirando
con fuerza.
© Luis Vargas Alejo
Bien logrado se me da este poema, amigo.
ResponderEliminarAbrazos
Me parece un poema muy emotivo. Inicia y carga con pesadumbre pero abre una vía de esperanza.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Besos
Gracias amigos por vuestros comentarios. Os hago sabed que Nieves ha sido eliminada del Grupo. Solo se adhiere a cosas que ponen otros en FB por cientos a través de varias horas. Entrar en FB y lo comprobais. No tiene ningún interés en estar aquí. Y sin interés, no ha rédito.
ResponderEliminarLe dice un amigo a otro
Eliminar¿Sabes que tengo un hijo invertido?
¿siii?
¿y a qué interés?
jajajijijojooooo
ResponderEliminar