miércoles, 11 de mayo de 2016

HISTORIA DE MI HISTORIA



Empecé a escribir poesía desde muy jovencito,
si acaso tenía diez y seis  años cumplidos
y me lo tomé muy en serio como buen bendito
y los versos me fueron siendo bastante fluidos.

Con ello pretendía, matar la soledad adolescente
y soñaba con románticos amores imposibles
intentando que mis poemas fueran trascendentes
incluso que, para el lector, fueran muy creíbles.

Intentaba rimar los versos en sus palabras finales
de una manera rotunda, como sonatinas reales
y así, ¡Dios mío! qué cantidad de ripios asnales
construía sin miramientos como si fueran casuales.

Y todo aquello servía para desahogar mi soledad
y romper el sino con los hados soterrados de la edad,
pero mi inspiración fue tan pequeña, que poco a poco,
me di cuenta que Becquer me estaba comiendo el coco.

Elegías, sonetos, odas, décimas y muchas rimas,
de esas de fácil uso, poca cultura y mucha tradición
me fueron troquelando por  el camino de la inspiración
y empecé a escribir sobre la muerte, sobre la vida.

Ay, Señor, Señor, ¿y qué sabía yo de todo eso?
Pues nada. Solo lo que había oído por las calles
y me di cuenta que estaba pinchando en hueso,
meando fuera del tiesto, con bandurria y pasacalles.

Y escribía como Vital Aza:

"todo es horror y mentira
y es vano ser poeta en calma
pues con las cuerdas de la lira
se me antoja sensible el alma"

"La vida es un loco anhelo
que me empuja hacia un abismo,
dudo de Dios y del cielo
y hasta dudo de mí mismo"

Mis amigos lectores se reían a pies juntillas
porque mis poemas no eran muy sensatos,
ni estilistas, ni escritos con letra redondilla.
Yo era un poeta necio, un mentecato.

Por fortuna leí muchos ensayos y vidas de poetas
y mucha, mucha poesía de los grandes maestros
y fue Rilke quien me enseñó a ser como un asceta
y convení que mis poemas serían libres y diestros.

Y así fui reemplazando lo antiguo por lo moderno
sin entrar en muchas honduras, buscando el ritmo,
el tono y el compás, usando palabras cotidianas
sin hablar de llantos ni penas, ni de cosas ideales.

Y así, como el que no quiere la cosa, cambié
de tal modo, que siendo el mismo, soy diferente,
paso de todo, me pongo el mundo por montera
y al que no le guste lo que escribo, que no lea,
que lo que rotulo es cosa muy mía, propiedad legal
que administra mis soledades y así me va
perfectamente.

© Luis Vargas Alejo






7 comentarios:

  1. Cómprese usted un zurrón viejo, para echar en saco roto tanto como escribí

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    1. Si es que no da tiempo el señor a divisar tanta historia, que la rebeldía no es un conjuro fácil.

      Creo que este poema con historia esta bien logrado, porque no solo dice, sino que lo consigue.

      Los primeros versos de arte mayor y arritmias me conducen a esa insensatez adolescente, donde todo se hace sin pensar. Continua con mas arritmias, pero ya van doliendo, porque la vida te va enseñando y por ultimo, alguna arritmia se escapa, pero la mayor parte se usa la cabeza, porque la vida te lo va enseñando.

      Me da la sensación de leer las distintas fases del hombre en la vida, imponiendo su rebeldía, aunque haga lo que se haga todos tenemos el mismo final.

      Pero no solo encuentro rebeldía y empuje, también encuentro soledad, mucha soledad, antes durante y después, la soledad del incomprendido.

      Y por ahora, es todo lo que puedo decir. Es un poema que me ha hecho reflexionar y el que no va a ningún zurron ni saco sin fondo, sino al mi carpeta para seguir estudiando cada palabra.

      Besos

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    2. Comprendo que te guste la historia
      vivida como una feria,donde lagente
      da vueltas y vueltas en la noria
      arriba,abajo,pero siempre presente.


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  2. Me gustó muchísimo.
    Supiste enlazar con genial maestría cada etapa, hasta llegar a los versos blancos, trasmitiendo mucha melancolía, desesperanza, resignación, quizás. Pesimismo.
    No lo sé.
    Puede que la vida sea una noria, como dices.
    Al final, acabaremos siendo como niños, si tenemos la suerte e llegar a viejos

    Impresionante.
    También me trasmitiste muchas, muchas emociones. Desde la ternura hasta esa tristeza que parece se te ha instalado en el alma.
    Otra joya para volver a leer y aprender.
    Gracias, Luis.
    Besos
    ...

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    1. Son joyas todo aquello que se estima y se admira. Pero no todo el mundo estima y admira lo mismo ni de la misma manera.

      No hay melancolía, ni desesperanza, ni resignación, ni pesimismo en mí, hay relidad y poema, que puede causar todo eso que dices, en quien lo lee. Intento transmitir las variantes del sentir humano a través de los poemas. Mi vida, es el propio poema, fruto de la oración que con ellos hago, porque mi vida es oración, pensamiento y soledad y deshacho cualquier actividad que no sea mental o espiritual. Soy como un monje sin monasterio.

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  3. Una historia bien contada, maestro. Creo, que casi todos llegan a la poesía, más o menos, de esta forma, para luego escoger su camino o insistir en emular a Bécquer. Aun, hoy día, los hay que piensan que donde no existe la rima, falta la poesía. Valga la biografía poetizada, en su real moraleja. Abrazo

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    1. Gracias por tu comentario y es verdad a la poesía se suele llegar por Becquer, menos en Cuba que se llega por José Martí

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